¿Por qué es tan importante para las empresas privadas contar con políticas anti
sobornos?
El soborno es tan perjudicial y malicioso como cualquier otro delito moral y económico. Un sabotaje o un incendio puede paralizar una industria, comprometiendo sus activos y la rentabilidad del negocio por un determinado tiempo; un robo o una estafa ocasionaría pérdidas con posibilidad de resarcimiento pecuniario, en cambio, que empleados (del sector público o privado) acepten sobornos o sean cómplices de hechos que impacten negativamente la organización a la cual pertenecen, es un daño moral y económico mucho más profundo, por su prolongación en el tiempo, si no se ponen firmes restricciones.
No existe, o
por lo menos no conozco históricamente, un hecho que sirva como referencia del
origen del soborno en el mundo. Tal vez
la serpiente y la manzana del pasaje bíblico pueden servir de ejemplo. Lo
cierto es que, personas débiles y carentes de valores éticos y principios
morales son, posiblemente, mucho más propensas a ser sobornadas de manera fácil
y dócil.
Los
“problemas económicos” de la gente en ocasiones simulan ser una suerte de
excusa social, aceptable para algunos, quienes buscan justificar comportamientos
delictivos y reprochables por la mayoría de los ciudadanos, y que son
penalizados legalmente.
No entraré
en temas de Derecho, propiamente, pues la doctrina penal (técnicamente hablando)
es un área académica bastante extensa y, por ser exclusiva de la abogacía y del
Estado, no tengo la experticia reglamentaria para ahondar en ese tema puntual.
Pero lo que sí considero ser de interés de todos nosotros y que sí podemos analizar, son las medidas que, de implementarlas, prevendrían la ocurrencia del soborno, y los factores de riesgos y las amenazas surgidas del posible crecimiento de oportunidades para
llegar a materializarse dicho flagelo: Los anti valores y las vulnerabilidades.
Para ello,
me referiré a tres casos puntuales como ejemplos de soborno, muy comunes en el sector privado. A continuación cito.
1. Bancos: ¿dádivas a cambio de qué?
Es muy común ver en las entidades bancarias la llegada de seudo-aduladores con “regalitos” para los empleados bancarios. Tanto en oficina como en taquilla, los empleados libremente reciben, casi que a diario, desde chocolates caros, sobres contentivos de accesorios personales y, hasta por más risible que parezca, empaques de harina de maíz precocida. El objetivo de estos regalos, según señalan algunos expertos de seguridad bancaria, es el “pago por el favor concedido”.
Apertura de cuentas bancarias sin los requisitos o los soportes necesarios, recepción de documentos de dudoso origen (sin la debida verificación de los mismos), saltarse la cola o colarse a un puesto de condición especial, etc., son algunos actos de "viveza criolla" que terminan siendo destructoras de la ética y la moral. Muy de moda ahora, con el tema de escasez de efectivo, es la entrega de billetes de alta denominación a clientes que bien saben agradecer un trato preferencial, por no decir V.I.P.
2. Cajas de pago en supermercados: ¿Propinas...por caer bien?
Otro
fenómeno nuevo son las cajeras de supermercados recibiendo de los clientes
productos -algunas veces costosos- en forma de “propina”. Es curioso, incluso
las autoridades de los establecimientos de retail lo ven como una práctica
normal entre sus empleados, ya que consideran que eso no contraviene las normas
internas porque dichos productos ha sido cancelado su coste en la compra
realizada. Lo que quizás no se han preguntado ¿acaso las mermas por faltante de
inventarios (por presunto merma de origen o por causa desconocida) podrían encubrirse
con contribuciones ad hoc?
Todavía hay quienes creen en la buena fe del personal que, sin temor alguno, se vale de la confianza y de la “fidelidad organizacional” para demostrar que los artículos recibidos fueron adquirieron limpiamente, aun cuando el documento o comprobante de pago no exista al momento de terminar la jornada. Quizás, permitir ciertas ligerezas, mantiene un ambiente laboral tranquilo y libre de conflictos sindicales en el sector retail. ¡pero asuman las pérdidas!
Todavía hay quienes creen en la buena fe del personal que, sin temor alguno, se vale de la confianza y de la “fidelidad organizacional” para demostrar que los artículos recibidos fueron adquirieron limpiamente, aun cuando el documento o comprobante de pago no exista al momento de terminar la jornada. Quizás, permitir ciertas ligerezas, mantiene un ambiente laboral tranquilo y libre de conflictos sindicales en el sector retail. ¡pero asuman las pérdidas!
3. Chequeo de bolsos y efectos personales: ¿Vigilantes cómplices?
Ya el 100 % de las empresas en Venezuela se vale de personal externo para las labores de seguridad física y protección de las instalaciones. Esto incluye personal de vigilancia y resguardo de activos, y por supuesto, los que cumplen funciones de control de acceso. Este último no es más que la inspección de todo lo que entra y sale, con la debida autorización: trabajadores, visitantes, proveedores, contratistas, vehículos, materiales, etc., con el fin de prevenir pérdidas a causa de la sustracción de bienes y otros delitos conexos como el hurto continuado o robo hormiga con complicidad interna (latrocinio).
Confiar en la sub contratación de personal en materia de seguridad y protección conlleva contar con elementos fiables, capaces de cumplir una labor honesta. Sin embargo, en Venezuela la situación de cara a los desafíos económicos, supone mayor debilidad en los más necesitados, quienes buscan lucrarse con facilidad y rapidez para resolver su precario acceso a la alimentación y a los servicios básicos del hogar, debido a que no consiguen satisfacer su demanda con el salario obtenido del fruto del trabajo ordinario.
Recomendaciones
Fomentar valores y brindar apoyo social sostenible al trabajador ha sido una pieza fundamental en muchas empresas que están conscientes del problema general que atraviesa el país. Entre sus normas y políticas, las organizaciones deben establecer medidas prohibitivas de carácter administrativo para alertar aquellos comportamientos que azucen o induzcan a cometer actos que atentan no solo contra la propiedad sino contra la moral y la ética, como lo es el soborno y toda clase de conducta viciosa proliferante.
Las políticas
anti soborno son documentos que constituyen una excelente herramienta en la
prevención y el castigo inmediato del infractor. Desde que el empleado ingresa, éste debe estar sujeto a restricciones del tipo particular, es
decir, no podrá recibir obsequios ni donaciones de parte de terceros en su puesto
de trabajo, al menos que haya sido notificado su supervisor o jefe inmediato con
ocasión de algún evento o celebración justificada (aniversario de trabajo,
cumpleaños, graduación, casamiento, advenimiento de un hijo, etc.).
Este
procedimiento, también viable en cargos de responsabilidad financiera, administradores y ejecutivos de alto nivel; pudiera reforzarse con
investigaciones internas adelantadas por el departamento de seguridad, donde se
registrarán expedientes cuando haya sospecha o la visible ostentación de
fortuna u onerosas prácticas que causen suspicacia. Por consiguiente, la revisión periódica de los estados de cuentas bancarias o
movimientos migratorios del investigado, así como otros datos de interés para
la eventual detección de algún ilícito en detrimento de la compañía (venalidad, colusión y
cualquier otro hecho de corrupción), es valedero aplicar.
La asesoría
de expertos es necesaria para actuar con precisión. El área de investigación corporativa
y consultoría de seguridad, permite un manejo y control adecuado de los riesgos
antrópicos, generadores de potenciales daños a la empresa privada.
JIC
“Si bien es cierto que la globalización ofrece oportunidades para
el desarrollo y enriquecimiento, también lo es que puede causar un aumento de
la pobreza y el hambre, que, a su vez, pueden desencadenar reacciones en cadena
que a menudo conducen a formas muy dispares de violencia y a la corrupción
desmedida.” Eric Frattini.