miércoles, 6 de septiembre de 2023

Formación integral del oficial de seguridad


FORMACIÓN INTEGRAL DEL OFICIAL DE SEGURIDAD

Liderazgo con formación

Paradójicamente, en la seguridad privada como en otras áreas de responsabilidad, al personal que más se le exige es al que menos se le valora y capacita.

La mayoría de las organizaciones que cuentan con personal para el resguardo y protección de activos, presentan un modelo de políticas que han de ser urgentemente revisadas.

Tan cierto es, que, así como son de necesarios y esenciales los grados académicos para ocupar cargos de gerencia o dirección, también lo es el conocimiento en el guardia de seguridad para el mejor desempeño de sus funciones.

Es innegable que, quien comparte lo que sabe y está dispuesto a desaprender para aprender, se convierte en un auténtico líder de equipo.

Un líder, con su actitud y su trabajo diario, puede llegar a ser un maestro sin salones de clases. La capacitación, tanto formal como informal, sigue siendo una poderosa herramienta para construir cultura con valores sólidos.

Enseñanza desde la innovación

Los programas educativos poco a poco han venido evolucionando para alcanzar su objetivo. La formación tradicional renegaba espacios que se creían o consideraban al margen de lo técnico y profesional. En los tiempos de las TIC todo cambió, un simple clic desmiente como engaña, llevando la información más rápido y a mayor cantidad de personas.

El uso de aplicaciones como WhatsApp y Telegram cada vez son más utilizadas en las empresas para grupos de trabajo. A través de mensajería instantánea de chat se envían y reciben textos, audios y videos de interés para sus miembros.

Las escuelas de formación y entes didácticos, en todos los ámbitos, ofrecen ofertas académicas para diferentes niveles, cargos o posiciones en las organizaciones. Capacitarse ya no es solo una decisión individual de crecimiento profesional; es más que eso, es una necesidad real de especialización y mejoramiento continuo en cualquier oficio.

El oficial o guardia de seguridad, el analista, el investigador y el operador de sala de monitoreo, por mencionar algunos elementos, con el tiempo van adquiriendo expertise que no es más que el conocimiento desde la práctica. Esta experiencia, muy apreciada en otras latitudes o partes del mundo; en América Latina no ha recibido la valoración que realmente merece.

Información vs. conocimiento

Decir que información no debe ser comparada con conocimiento, es una premisa errada. Si vemos que, formación, del latín formatio, es la “acción y efecto de formar o formarse”. Se puede decir entonces, en el contexto de que todo conocimiento es información percibida a través de los sentidos, y que es procesada por el cerebro; ya sea en contenido ordenado y preparado para tal fin o, en información a la cual se tiene acceso por diversas fuentes, el conocimiento es la suma de lo que el hombre aprende en su día a día, mediante el pensamiento y la práctica.

Los límites en la búsqueda de información no existen; pues el conocimiento lo adquiere quien se lo propone, lo hace y lo logra.

En tal sentido, la capacitación es y debe seguir siendo un insumo vital en la evolución del ser humano.

Negarle formación al trabajador o trabajadora que realiza tareas de gran exigencia, es negarle la posibilidad de evolucionar no solamente a él o a ella (como colaboradores), sino también a la empresa donde laboran.

La idea de crear un Programa de Formación Integral para Oficiales de Seguridad es la oportunidad de brindar información transformada en conocimientos a los hombres y mujeres que llevan a cabo tan exigente tarea y responsabilidad: proteger personas y bienes.

En la mayoría de los países de la región, el Oficial de Seguridad privada en condiciones normales hace jornadas de trabajo mayor a diez horas por día, en puestos sumamente deplorables en comparación con las del resto del personal de la misma organización a la cual pertenece o presta servicio. El guardia o vigilante privado (como también se le conoce), incluso es uno de los pocos cargos que permanecen hasta dos y tres días continuos sin poder retirarse del mismo puesto de trabajo por la “necesidad del servicio” cuando no llega el relevo de guardia. 

Si ocurre un robo, hurto o intrusión, el personal de seguridad es al primero que las autoridades llevan a interrogar, recibiendo un trato humillante y despectivo, aunque no haya tenido complicidad o responsabilidad directa sobre el hecho investigado.

Esta realidad hay que cambiarla. Los líderes de la seguridad corporativa de vez en cuando deberían palpar, lo que ocurre en los niveles donde muchos ignoran o no tienen ni la mínima idea de lo que significa ser un Oficial de Seguridad, tal vez por la falta de experiencia operativa del sector o su nula sensibilidad empática.

Un gremio que apuesta al cambio

La evolución tecnológica se mueve a una velocidad nunca imaginada. Los avances en la inteligencia artificial apuran el paso hacia la transformación de la vida del hombre, en un mundo donde la robótica y lo cibernético cada día ocupan más espacios. Es esa catarsis de su búsqueda incesable, desde los precursores de la supervivencia de la especie humana hasta los tiempos modernos, de afrontar la incertidumbre que representan los riesgos naturales y los de origen antrópico.

Desde su creación en el 2019, la Red Latinoamericana de Empresas y Profesionales en Seguridad Tecnológica ha apostado por el avance y modernización de la seguridad privada. Su director, agremiados y entes aliados, están conscientes del magno esfuerzo de promover la inclusión a la vanguardia tecnológica en todas las esferas del gremio de la seguridad, como meta asociativa internacional.

REDESEG es una organización privada con espíritu altruista que ofrece y pone a la mano de profesionales, empresas y todas las personas vinculadas a la seguridad, una inagotable interfaz de conocimientos e información relevante para su desarrollo, crecimiento y fortalecimiento; auspiciando importantes eventos, actividades del gremio e intercambios con la industria de la ciencia y el mundo de las artes.

En tal sentido, la dignificación a sus miembros es un deber de todo organismo social. He allí la esencia de FIOS como primer escalón del programa de capacitación orientado a un noble propósito: la formación integral de los oficiales y guardias de seguridad privada.

José Ignacio Caballero

@menteprotectiva 

Artículo publicado en la revista Seguridad y Defensa de Chile 

www.revistaseguridad.cl


domingo, 11 de septiembre de 2022

Liderazgo y seguridad en las empresas


El tema de liderazgo ha estado muy de moda en los últimos años, sobre todo en el mundo empresarial.

Hoy en día, las organizaciones desarrollan modelos de negocios altamente competitivos sobre la base de nuevas culturas de liderazgo; transaccional, transformacional y empowerment.

El objetivo del liderazgo empresarial sigue siendo el mismo, obtener rentabilidad y los mejores resultados de la forma más eficientemente posible, a pesar de los retos y dificultades que conlleva hacer que los colaboradores y stakeholders logren trabajar en armonía para alcanzar las metas corporativas. En pocas palabras, asegurar la consecución del éxito y gobernanza en las empresas.

Pero... ¿Y qué tiene que ver la seguridad en todo esto? La respuesta es muy simple: Mediante el liderazgo y la toma de decisiones, la seguridad orienta el control de las empresas para prevenir o minimizar los riesgos y anticiparse a los impactos de una eventual pérdida económica severa. Y es que en eso mismo se basa el principio de la administración; organizando y dirigiendo recursos humanos y materiales para lograr los fines propuestos, mediante la utilización -segura- de un conjunto de procesos.

Toda organización enfrenta peligros y amenazas. La incertidumbre y la ausencia de pronósticos claros incrementan los niveles de vulnerabilidad. Prevenir y mitigar oportunamente los diferentes tipos de riesgos, ya sea aceptándolos, compartiéndolos o transfiriéndolos, son la clave de una sana prosperidad financiera.

Al hablar de recursos humanos y materiales nos referimos al adecuado manejo de dichos recursos en un determinado entorno y, a su vez, al manejo de los riesgos que ello implica, al administrarlos.

La tendencia es que no hay tal tendencia. Los riesgos serán siempre y riesgos y las amenazas crecen o mutan. Para explicar mejor este axioma, me refiero al negacionismo evidenciado en aquellas posiciones de dirección que no disponen de conocimientos sólidos o asesoría en materia de seguridad física y protección de activos.

Cada líder empresarial se centra en lo que mejor sabe hacer; por ejemplo, el director o gerente del área de producción de una fábrica, que por lo general es profesional del área industrial, su mayor interés siempre será producir o hacer que las operaciones funcionen como se ha de esperar.

Ya sé, me dirán que es demasiado obvio. Lo que trato de decir es que, cuando digo "administrar recursos" para que las cosas salgan bien (en el mejor de los casos) o para recuperarnos de un evento no deseado, me refiero a que no solo los gerentes administran recursos. Un trabajador de menor rango administra su equipo asignado, las herramientas con la que trabaja y, ¿por qué no?, individualmente administra lo más productivo para las organizaciones: el tiempo que ocupa en su puesto, lo cual es medido en resultados y rendimiento económico.

Habiendo dicho esto, un vigilante o un portero de seguridad, fijo o contratado, externo o interno, posee tantos recursos que muy pocos líderes valoran o saben apreciar.

Mi experiencia de más de 25 años me ha enseñado que en la mayoría de las empresas -de distinta naturaleza- subestiman la labor del trabajador de la seguridad patrimonial. Nos califican de que pensamos y actuamos como "policías", que somos tipos rudos, que damos un maltrato a las personas cuando investigamos, que no sabemos expresarnos, que somos "ignorantes" e incultos. En fin, la lista es más larga de lo que creen.

¿Saben qué?, tienen razón; en algún momento hemos sido rudos, muy rudos, pero ¿a caso un gerente de producción no? ¡Ah!, ya sé, es el gerente de producción y uno de los líderes de la empresa, y por lo tanto tiene la "autoridad" para hacerlo.
En ambos casos, no está bien tratar mal anadie, mucho menos humillar a los demás, y eso debe corregirse. La empatía, la asertividad e inteligencia emocional, son cualidades especiales en los seres humanos; debemos aprender a desarrollar tan apreciada habilidad.

No entender que los trabajadores de la seguridad por la misma labor que realizan enfrentan momentos desagradables y de exposición a peligros, es producto del poco nivel de empatía y ética que posee un líder.  Las inadecuadas condiciones en la que realizan su labor; largos periodos de pie o sentados en un solo lugar sin ninguna ergonomía, intervenir cuando ocurren hechos de violencia, robos u otros delitos, para resguardar la integridad del personal, los bienes y las instalaciones de la organización, son apenas las principales tareas o funciones del cargo.

Brindar protección es una labor que demanda elevado espíritu de trabajo, respeto, compromiso, lealtad, responsabilidad, honestidad y honradez. El liderazgo y la seguridad en las empresas son valores intrínsecos. "Nada es tan importante que requiera hacerse sin seguridad". Liderazgo es sinónimo de humildad.

Mi profundo reconocimiento, estima y agradecimiento a las personas y organizaciones que me ayudaron a crecer y cultivar mi desarrollo profesional. Felicito a las empresas que se preocupan por la seguridad de manera integral e invierten en la formación de su activo más valioso: sus trabajadores.

Si la seguridad no es compatible con la desconfianza, a veces es bueno dudar. ¿Cuáles son esos valores en los que sí confiamos? ¿Todo está en orden en los gerentes de producción? (metáfora).

Naguanagua, 11 de septiembre de 2022.

miércoles, 2 de junio de 2021

Noche de fin de año en el trabajo


Diciembre de 2012. Llevaba un poco más de dos semanas en el cargo. Era mi primera vez en una empresa multinacional de seguridad, un reto del tamaño del mundo.

Se acercaba la noche de fin de año y, junto a la noche de Navidad o Nochebuena, en Venezuela como en muchos otros países estos dos días festivos representan un dolor de cabeza para los servicios de vigilancia privada.

Las incidencias del 24 y 25 de diciembre fueron prácticamente bajas; no se vio afectado el servicio de guardias fijo en los proyectos bajo mi coordinación como responsable de la región del país donde estaba asignado. Sin embargo, la fecha del 31 y la mañana siguiente (1° de enero) son dos jornadas que hay que preparar muy bien, sobre todo el relevo entre turnos, el plan de contingencia, en fin, cualquier variable que, por razones de antecedentes y experiencia en otros proyectos, tienen altas posibilidades de presentarse.

Era un día lunes, un día normal de trabajo en la oficina. Le pedí al supervisor que me pasara una lista con los números de teléfonos de contacto actualizada del personal que estaba libre ese día. Otra lista similar siempre estaba dispuesta en el centro de control (CECON) como parte del plan de ubicación del personal operativo.

Tuve una corazonada. Uno de los servicios de guardias fijo venía teniendo un retraso en los pagos, se trataba de un cliente exigente pero a la vez moroso. Como nuevo jefe de las operaciones en la ciudad de Puerto La Cruz, una de mis tantas tareas era también hacerle seguimiento a casos como esos y buscar la manera de que se aminorara la deuda. La empresa que se atrasó cancelarnos tres facturas era una compañía de servicios logísticos naviero ubicada en Guanta, una ciudad porteña a unos 25 km de mi oficina.

Había planeado recibir el año nuevo con mi madre en la ciudad de Anaco que queda a una hora en carretera desde Puerto La Cruz. El plan de servicio ya estaba armado para ese día, el supervisor de operaciones (que residía en la zona) tenía conocimiento y le dije que entre ambos estuviésemos pendiente de cada puesto o proyecto durante el transcurso del servicio y cambio de guardia.

En Venezuela ese mismo año se había promulgado una nueva Ley del Trabajo que produjo varios cambios que alteraron la manera de trabajar en el sector privado, sobre todo con un nuevo horario que elevó a dos días libres por semana y jornadas de 8 horas diarias como máximo.

Para el sector de la seguridad y vigilancia privada el horario era de 12 horas la jornada diaria, pero la nueva legislación establecía que los trabajadores de inspección y vigilancia al ser consideradas sus funciones como una "labor de no esfuerzo continuo", estos quedaron exentos de la norma general aunque semanalmente no podía excederse de 42 horas en total laboradas, es decir, debíamos crear nuevos horarios que se ajustaran a dicha reforma parcial, la cual entraría en vigor su adecuación al año siguiente de promulgada dicha ley, en marzo de 2013.

Todo este embrollo generó un ambiente expectante sobre todo en aquellos trabajadores que equivocadamente celebraban la creación del nuevo instrumento legal como un triunfo del "pobre y explotado obrero" sobre el "rico empresario y capitalista".

Días atrás recibí información de inteligencia que en el proyecto del cliente con morosidad, presuntamente un grupo de operadores de seguridad, de esos que se la dan de líderes sindicalistas, estaban sosteniendo reuniones con el resto del personal para convencerlos de ir a la oficina para exigir aumento de sueldo.

Generalmente los aumentos salariales en las empresas de servicio se dan cuando el costo del mismo tiene un incremento en la tarifa al cliente, es decir, se incluye en la estructura de costo. Si no hay aumento en la tarifa el sueldo se mantiene, y si la economía del país sufre alteraciones inflacionarias severas fuera del aumento decretado año tras año por el poder ejecutivo nacional, no queda más que lograr un acuerdo con el cliente para sincerar los números y así todos ganemos. Esto estaba en mi agenda para el mes de enero.

La secretaria ese día no fue a la oficina, una señora de nacionalidad chilena que llevaba varios años residenciada en Venezuela. Hice mis oficios de rutina, reporte a Caracas, dejé el vehículo de respuesta de emergencia full de combustible y demás actividades operacionales realizadas, por lo que, con la venia de mis superiores, viajé hacia la ciudad gasífera de Anzoátegui a las diecisiete cero cero (17:00) horas.

Por ser un día de poco tráfico de transporte pesado, la carretera estuvo libre durante todo el trayecto. Arribé en casa de mi familia antes de que se ocultara el sol. Mi premonición no falló, mientras llamaba al CECON y al supervisor para monitorear los cambios de guardia, me informan que en uno de los proyectos el personal diurno solicitaba su relevo o abandonaría el proyecto. No vacilé, luego de darle un abrazo a mi madre y un beso en la frente, tomé de nuevo mis cosas y salí de regreso a Puerto La Cruz.

Mientras iba en la vía realizaba llamadas de acuerdo a la lista entregada por el supervisor, nadie respondió los celulares que marqué. Mantuve la calma, y como diciéndome a mí mismo, pensé: tranquilo voy en camino y resolveré el problema.

Eran las diecinueve cero cero (19:00) horas cuando ingresé al CECON, un local en la parte alta de mi oficina del centro comercial CCMT. La cara del operador de guardia era de quebranto; el señor Miguel Martínez pocas horas antes había recibido su turno sintiéndose con malestar de fiebre, según él mismo me manifestó. Él era un señor fuerte y sus cabellos blanco daban muestra de seriedad y de compromiso, así que eso no me preocupó. Saqué mi libreta, le pregunté con quiénes podíamos contar o disponibles y me respondió: "solo yo señor".

Tenía que tomar una decisión y rápido. Armé rápidamente un nuevo plan (ya no sería el plan B), me trasladé a un servicio cercano que estaba ubicado entre la Comandancia de la Policía del Estado y la nueva sede de la Policía Nacional Bolivariana, adyacente al elevado de Lecherías y la estación de servicio Vistamar, respectivamente. Era una bodega de productos lácteos donde el único guardia vigilaba un pequeño patio afuera del almacén. Para ese día el gerente del lugar había dado instrucciones que no dejaran bienes de valor en el área externa (fue mi recomendación), tampoco una furgoneta que pernoctaba a diario frente la garita de seguridad.

Cerramos con llave y candado tanto la caseta de vigilancia como el enorme portón corredizo y junto con el operador de servicio salí hacia la ciudad porteña de Guanta. Todo lo iba reportando al CECON en tiempo real, donde cada acción se dejaba reflejado en la bitácora de novedades. Llamé a mi jefe inmediato, el Gerente de Operaciones, le informé la situación y el plan que había puesto en marcha para cubrir el proyecto con novedad de servicio, donde el personal nocturno nuestro nunca se presentó. El Coronel Guevara confiaba en mí.

Llegamos a la empresa cliente con la situación antes mencionada a las veinte cero cero (20:00) horas. El jefe de seguridad interna del proyecto, un sargento retirado de la Armada no atendía las llamadas telefónicas que le hice. El operador del CECON me llamó por radio, indicándome que recibió una llamada de uno de los operadores del turno diurno que abandonó el servicio, dando aviso que habían dejado el control remoto de uno de los portones del proyecto sobre el techo de la caseta de control de entrada y salida de camiones.

Los 31 de diciembre son los días predilectos por el hampa para cometer hurtos (robos sin violencia en Venezuela) en instalaciones de comercios y empresas ubicadas a las afuera de la ciudad o zonas poco recorridas por patrullas policiales. Pero este 31 de diciembre era atípico, por primera vez en la historia fue convertido también en día feriado.

Así que, teniendo ese dato y siguiendo mi olfato de Detective me quedé esa noche montando guardia en las instalaciones del cliente.

La instalación estaba conformada por un enorme patio y terreno abierto para multiples propósitos, talleres mecánicos, parqueadero de gandolas y chutos, y una flota de vehículos rústicos de carga liviana, tipo pickup, todos Toyota Hilux. Había de todo tipo de herramientas y maquinarias pesadas desde montacargas hasta grúas y equipos de izamiento, todos expuesto dentro de un perímetro de bajo nivel de protección. Dentro del mismo terreno quedaban las oficinas administrativas del referido proyecto, un edificio de dos plantas adosado a dos galpones industriales, donde las ventanas de vidrio no contaban con rejas ni sistemas de alarmas.

Hicimos rondas del perímetro toda la noche y madrugada, y reportábamos al CECON cada situación. Recibí año nuevo junto a un guardia de seguridad cuidando un gigantezco activo y no hubo novedad de robo o intrusión. Ya en la mañana del 1° de enero, siendo feriado como de costumbre, esperé a que llegara el grupo del turno diurno (quienes tampoco fueron a trabajar). Tomé fotos del lugar para dejar evidencia que todo quedaba en orden; ventanas y puertas cerradas, maquinaria y los vehículos intactos. El supervisor desde el Cecon brindó apoyo, pues sólo contábamos en la oficina con un solo vehículo y en este me encontraba.

La noche anterior ya me había comunicado con un amigo quien para ese momento era Jefe de Operaciones de la Policía Municipal de Guanta, para pedirle apoyo y estar pendiente de enviarme refuerzos en caso de alguna señal de alerta que le diera. La coordinación es indispensable, sobre todo para casos de contingencia que escapan de nuestras manos.

La guardia nocturna del 1° de enero apareció, los operadores recibieron el servicio y pude marcharme a descansar. El operador que estaba conmigo se marchó temprano en la mañana porque tenía que viajar, así que su labor ya había terminado.

El servicio en este proyecto siempre dio problemas en los meses siguientes hasta que fue retirado. Se logró acordar con el cliente un plan de pago para saldar su deuda.

martes, 25 de mayo de 2021

Importancia de la capacitación en el manejo y uso de extintores

 


Era una de esas mañanas tranquilas como las que siempre solían transcurrir en el Automercado Ecomarket de la ciudad de Naguanagua, estado Carabobo. Todavía no habíamos llegado al pico de clientes habituales del turno de apertura, los operarios, auxiliares de pasillo, cajeras y personal administrativo, aún se engranaban a sus actividades regulares sin ninguna alteración.

Estando de guardia como Coordinador de Prevención y Control, a eso de las 09:30 a.m. me dirijo al Cecon o Centro de Control de la tienda a revisar mi bitácora u hoja de tareas pendientes; el Operador de monitores me indica una situación anómala, señalando con su dedo índice, apuntando la pantalla sobre la zona o cámara del cuarto de preparado de Fruver en el área de las Cavas, donde apenas podíamos apreciar un humo incipiente.

No había terminado de salir del cuarto cuando empezó a sonar la alarma de incendio del local. Mientras subía las escaleras y atravesaba a paso rápido el pasillo de las oficinas -que comunica con la zona donde se hallaba la novedad- iba buscando con la vista el extintor más cercano. Pude alcanzar un cilindro de 10 libras para fuegos ABC justo a pocos metros de mi dirección, y mientras continuaba mi marcha, un poco más acelerada, iba retirando el precinto y anillo de seguridad.

El personal que para en ese momento laboraba en piso blanco (cavas y preparación de fruver, charcutería y carnicería) ya había desalojado la zona por la escalera de almacén, cumpliendo el plan y ruta de evacuación preestablecido, reuniéndose todos en el patio de recepción de productos, una zona segura al aire libre en la parte posterior del supermercado.

Fui el primero en llegar al lugar, detrás de mí oí acercarse los Inspectores de PCP Jesús Reyes y Danilo Simancas quienes también respondieron acudiendo al sitio. A ambos les di la instrucción de que permanecieran prudentemente alejados con los extintores de reserva para mantener un espacio libre por donde pudiéramos salir en caso de que no se lograra extinguir el fuego, ya que dado a la ubicación y estrechez de la habitación donde este se originó era lo más sensato.

El humo, que aún no era tan denso, me permitió fácilmente ubicar el punto de ignición o raíz del fuego en la parte superior, el cual ya había consumido en gran medida la tapa acrílica de la lámpara de bombillas fluorescentes; colocándome a unos dos metros de distancia apunté y sin vacilar apreté la palanca descargando en chorro de abanico el agente extintor, lo que generó una fatigable nube de humo producto del mismo incendio por el choque del polvo químico seco esparcido contra la superficie en combustión.

El amarillo característico de la llama ya no estaba visible solo salía humo de la lámpara incendiada segundos antes en el techo. Sin embargo, se utilizó un cilindro adicional (igual de 10 libras) para sofocar o enfriar el fuego remanente en la ductería del cableado conectado al cuarto de las cavas aledañas. Personal de mantenimiento de la tienda enseguida quitaron la energía eléctrica para asegurar que no hubiese de nuevo una chispa o riesgo de reignición.

Nos retiramos del lugar, me reuní con los líderes del supermercado que aguardaban en el punto de reunión acordado, y haciendo una evaluación breve decidimos esperar que llegaran los expertos que ya venían en camino (los bomberos) para que examinaran el área antes de dar la orden de entrar a sus puestos de trabajo.

Al arribar la comisión bomberil, el sargento al mando ingresó con un grupo de efectivos guiado por mí y realizaron una inspección que duró aproximadamente unos 15 o 20 minutos. Bajaron al patio e informan que ya podían ingresar al sitio porque ya no existía peligro, que el fuego ya había sido extinguido por nosotros, y que gracias a la veloz acción que tomamos, pudimos evitar que la película ignífuga que reviste las paredes y techos de pvc del área comprometida no se dilatara por completo, pues de haber logrado llegar el fuego al otro lado, el material de relleno (poliuretano) habría convertido el incendio más voraz, y todo la estructura del piso superior de la tienda se habría incendiado en cuestión de minutos.

El evento ocurrió en el año 2019 a pocos meses de que el supermercado arribara a su séptimo aniversario. Sólamente por ese día (luego del suceso) no hubo actividad comercial, siendo los daños únicamente materiales y de bajo coste. Las pérdidas se calcularon alrededor de mil dólares americanos (US $ 1.000°°), por concepto de reparación de la unidad externa (ventilador) del sistema de refrigeración afectado del cuarto; la lámpara de iluminación y unos tres metros de cableado destruido por el fuego. Ah! y 20 kilogramos de papa blanca que estaban dentro de una cesta plástica las cuales se contaminaron con el residuo del polvo químico seco de los extintores utilizados.

La importancia en el manejo y uso de los extintores no sólo puede salvar vidas si no que además permite que personal capacitado en las empresas logre proteger su patrimonio al impedir que una considerable cantidad de bienes y activos valorados en millones de dólares se pierdan, sumado al potencial daño colateral en pérdidas que significaría no poder continuar funcionando pos-siniestro.

Por cierto, el curso básico de manejo y uso de extintores que me dio herramientas y conocimientos teórico-prácticos para combatir fuegos incipientes o conato de incendio, lo hice en el año 1999, o sea, veinte años atrás (para el momento del evento).

viernes, 9 de abril de 2021

Estudio de seguridad y análisis de riesgos


Conoce a tu enemigo, conócete a ti mismo y serás invencible. No es exactamente igual a la célebre frase militar o como literalmente lo dijo Sun Tzu en el Arte de la Guerra, aunque pudiéramos entenderlo así, tal vez el general asiático quiso lo interpretáramos de esa manera.

Lo cierto es que tampoco se equivocó al señalar, y cito: “Para conocer a tu enemigo debes convertirte en tu enemigo”.

Al menos, deberíamos tratar de pensar como el enemigo; pues al saber cómo piensa y actúa nuestro adversario, podríamos anticipar sus movimientos.

Bueno, dejemos el plano militarista a un lado y pasemos a lo que tiene que ver la seguridad de nuestra integridad física y patrimonial.

La protección a personas, a sus bienes y activos se subsume en el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad privada, derechos universales que en muchos países de Latinoamérica el Estado se ha mantenido alejado de cumplir y proteger a cabalidad, un beneficio que debería ser para todos los ciudadanos por igual.

En todo caso, algunas organizaciones o personas jurídicas tienen la capacidad de proveerse su propio resguardo (seguridad privada), ya que cuentan con los recursos necesarios para ello. Sin embargo, no siempre las medidas de seguridad implementadas por medios particulares resultan del todo efectivas; se requiere de inteligencia y estrategia.

Un sistema de protección de instalaciones y de procesos debe pasar por un análisis previo de riesgos y un estudio de seguridad. “Conoce a tu enemigo y conócete a ti mismo”. Evaluar cada aspecto de la seguridad o proceso clave de la organización, no solo permite conocer los riesgos, las vulnerabilidades y las amenazas, sino que además ayuda a determinar cuáles serán aquellas medidas necesarias para prevenir pérdidas y daños.

Por citar un ejemplo de algo básico, toda infraestructura tanto industrial, comercial o residencial, requiere de protección perimetral y de barreras con dispositivos de cerramiento que eviten, dificulten y/o retarden cualquier acto de intrusión o extracción; habilitándosele al recinto de puertas o portones para el ingreso y salida de personas, animales u objetos, y dicho tráfico amerita realizarse con un protocolo de control de acceso para vigilar que lo que entra y sale está debidamente autorizado o no reviste un hecho potencialmente dañino o perjudicial. Mejor dicho, para detectar y neutralizar oportunamente una posible amenaza contra la instalación y las personas que allí se encuentran.

Hay que tener en cuenta que el adversario, intruso o delincuente, es un atacante que necesitará infiltrarse y moverse siempre. No sólo tratará de acercase sigilosamente al blanco o a su víctima para agredir o robarla de sorpresa, éste deberá traspasar o violentar tantas barreras y controles como le sea posible para lograrlo, y en el momento que menos se imaginen.

Los riesgos de intrusión, asalto o robo y hurto no son los únicos riesgos presentes en la calle, en un edificio o en una vivienda. Al analizar los riesgos, tanto en el entorno familiar como empresarial, debemos considerar muchas variables que, de manera accidental o deliberada, son amenazas provenientes del hombre, quien representa la mayor fuente de peligro latente para la integridad de las personas, sus bienes y planes a futuro.

Los riesgos naturales (huracanes, terremotos, inundaciones, derrumbes, deslaves, etc.) son impredecibles y estos pueden generar daños severos o significativos para las organizaciones, las comunidades y determinados lugares.

Para ello, es necesario realizar una valoración precisa de los riesgos, de las vulnerabilidades y las amenazas del entorno (internas y externas) que cada organización particularmente enfrenta. Un simple análisis FODA como proceso meramente administrativo y funcional no es suficiente.

La intervención de un consultor o especialista en riesgos es fundamental para la planeación de la seguridad. Para que la seguridad se convierta en verdadera -y no falsa- certeza; pasar de ser algo intangible a un hecho palpable y se convierta en una sensación de tranquilidad real, el resultado tiene que ser preferiblemente medible (cuantificable) y apreciable (cualitativamente) lo más objetivamente posible, capaz de predecir la probabilidad de ocurrencia de cada riesgo y estimar su impacto: en daños o pérdidas, tanto humanas como materiales, financieras, legales y éticas (de imagen o reputación).

Quienes nos dedicamos a brindar asesoría en materia de prevención de riesgos y seguridad física o patrimonial, poseemos el conocimiento y la experticia requerida, no obstante, dependiendo la profundidad del análisis y estudio de seguridad que hagamos, también nos apoyamos de métodos científicos, tales como: Penta o Mosler, Septri, Meseri, Marina, entre otros, pero en mi caso muy particular y profesional, utilizo la guía de Roy Borders y el manual para estudios de seguridad Control de Riesgos de mi amigo y excelente tutor Carlos E. Pérez Barrios.

José Ignacio Caballero

@menteprotectiva


jueves, 28 de enero de 2021

Seguridad electrónica vs. seguridad física


Los avances tecnológicos han marcado un verdadero hito en la seguridad, sobre todo en estos últimos veinticinco años.

Hasta hace poco, en los países latinoamericanos estábamos acostumbrados sólo al uso de barreras físicas y vigilancia presencial. Es entonces, cuando se comienza a utilizar los sistemas de observación y videovigilancia, alarmas y comunicación para monitoreo remoto, pasando aquella seguridad física que conocíamos a ser una suerte de recursos obsoletos y herramientas rudimentarias.

Estos nuevos sistemas, también conocidos como medios de seguridad pasivos, eran considerados de mayor fiabilidad en la gestión de la seguridad, debido al control y confianza que suponía una máquina no susceptible a errores o desinterés como suele ocurrir en los seres humanos; o sea, los guardias, centinelas, custodios, etc., así como los supervisores y puestos de jefatura o gerencia (todos los que conforman los medios de seguridad activos).

Sin embargo, esta agradable sensación no duró mucho tiempo. Al cabo de ciertos períodos se pudo evidenciar, como el funcionamiento y el manejo de los equipos o sistemas de seguridad electrónica, fue afectado por las mismas fallas o problemas que los sistemas de seguridad física convencionales.

La rápida expansión del mercado de productos tecnológicos de la seguridad hizo que aparecieran nuevos actores, entre ellos, técnicos, distribuidores, vendedores y operadores especializados, pero también paralelamente otros actores no tan cualificados, muy por debajo de los criterios de calidad profesional requeridos, y esto último trajo consigo una serie de anomalías y disrupción de procesos que habían sido diseñados para no dejar de operar, incluso, ni siquiera con la ausencia del hombre, amén de otros factores internos y externos, como fraudes y otros actos deliberados para causar daños y pérdidas patrimoniales, por parte de quienes tenían la responsabilidad de garantizar el correcto funcionamiento y propósito de dichos sistemas.

La seguridad volvió a no ser tan segura. 

Los mercaderes de la seguridad estaban a la orden del día, conspicuos en sus técnicas de abordaje y convencimiento comercial. Los primeros en caer en sus fauces fueron los líderes de seguridad de las empresas clientes, y en algunos de los casos, no pudieron resistir tan tentadoras comisiones por la compra o adquisición de equipos e infraestructura tecnológica sin cumplirse el debido protocolo de licitación para evaluar el costo beneficio más deseable, así como otros aspectos éticos esenciales en pro de los intereses de la organización, resultando ser la inversión en algunos casos, una pérdida más. 

La carrera o competencia entre la seguridad tecnológica y la humana o física, a pesar de que la primera también arropa los sistemas informáticos y de comunicación de datos críticos por su alto nivel de sensibilidad patrimonial a daños irreparables, no debe ser vista como gestiones antagónicas con un mismo fin de protección, pues los riesgos que la seguridad patrimonial busca prevenir, administrar y controlar, cuentan con distintas y complejas amenazas, las cuales lamentablemente, van ganando terreno al encontrar colaboradores que, conscientes e inconscientemente, contribuyen a debilitar y crear vulnerabilidades casi imperceptibles a la vista de los altos directivos y accionistas de las empresas, quienes son los verdaderos dolientes o afectados.

En este caso, lo más recomendable y sensato sería, la elaboración de un proyecto para la compra e instalación de sistemas de seguridad electrónica de la mano de expertos validados, conformado por tres grupos de tareas específicas: asesoría técnica y comercial; ingeniería y programación; y por último, análisis de riesgos y operaciones de seguridad física. 

Con la llegada de los dispositivos electrónicos se logró optimizar el proceso de recolección y transmisión de información de las diferentes actividades de seguridad, así como de eventos pasados cuando ameritan ser investigados. Ciertamente, la tecnología ayuda a disuadir al criminal desistir de su intención en un momento dado, persuadir al oficial de seguridad a no dormirse durante el turno, detectar y alertar una intrusión o ingreso no autorizado en una área restringida, al igual que muchas otras bondades; pero no por eso se debe confiar ciegamente en las personas encargadas del manejo, control y mantenimiento de las cámaras de cctv, centrales de alarmas, cercos eléctricos, control de acceso, etc. 

Una efectiva supervisión y periódica auditoría, son más que necesarias para un sano equilibrio de la gestión integral  de la  seguridad.


miércoles, 30 de diciembre de 2020

Los mercaderes de la seguridad II


Hay tres cosas que deseo aclarar antes de ir al tema principal de este artículo. Primero que todo, mi opinión está basada en lo que he podido observar durante los últimos tres años en el campo de la seguridad, tanto física como electrónica; segundo, es únicamente en el contexto local y nacional, o sea, venezolano, y por último, es una crítica constructiva (no malsana) para evitar que sigan habiendo más resultados decepcionantes a los que ya han habido, es decir, a no caer de nuevo en eso de "peor fue el remedio que la enfermedad".

Si seguridad es sinónimo de certeza, de confianza,  entonces lógicamente quien busca seguridad lo hace porque quiere de alguna manera sentirse bien (ante algo que lo inquieta o preocupa), y en este sentido, al comprar seguridad lo que se busca es, simplemente, tratar de obtener tranquilidad, sabiéndose protegido.

La pirámide invertida.
Para quienes nos movemos en este mundo de la seguridad privada, no es un secreto que la cúspide o pináculo de lo que se conoce como pirámide organizacional, en condiciones de crecimiento profesional, cada día se hace más grande que la base misma. En mi opinión, considero que esto se debe a un alto volúmen de ascenso profesional en jerarquías medias y altas, quedando rezagados los niveles bajos o llamados operacionales, los caballitos de batalla pues, y las razones podrían ser: 
1. Mayor desempeño en términos de compromiso y responsabilidad en los cargos de supervisores, líderes y gerentes del área. 
2. Acceso a capacitación y formación muy escasa y limitada en los puestos base, oficiales, inspectores, operadores e incluso hasta para personal clave de monitoreo de cámaras y alarmas.
3. La diáspora que ha afectado en mayor proporción a los prestadores de servicio privado de seguridad, principalmente lo cargos señalados en el apartado anterior.
4. Falta de motivación e interés.

Los aprovechadores.
Esta debilidad, que representa el hoy por hoy que vivimos, también trajo consigo lo que coloquialmente se conoce como "pescadores de río revuelto". El crecimiento de la demanda, no sólo de mano de obra competente, abrió la brecha de otros requerimientos para adquirir reemplazos y soluciones tecnológicas percibidas como inversiones más económicas a largo plazo. Craso error. 

La necesidad de cubrir a como de lugar las fallas (Nunca se dice de quién) y de atender nuevas situaciones que comenzaron a verse como un verdadero impacto para la seguridad, hizo que se multiplicaran las compañías de fachada y alianzas del tipo joint venture, entre empresas de naturaleza distinta que vieron el negocio de la seguridad como un modelo atractivo de negocio. 

La vigilancia fantasma.
Ya he escrito sobre el problema que afronta el sector de la seguridad privada desde la derogación del reglamento de vigilancia privada de 1975 con la entrada en vigencia de un decreto en 2018, un poco más a tono con la realidad, pero no ha logrado tampoco suprimir los vicios que aún persisten a partir de su entrada en vigencia hace dos años.

Tendencia.
La situación cada día se hace más caótica, un empeoramiento dado por muchos factores como los ya citados, además del contínuo bombardeo de ofertas engañosas y fraudes comerciales en la web y la caza de comisiones por parte de intermediarios o revendedores. 

Ser neutral para desmarcarse de la política no le hace tampoco un favor a la causa de recuperarnos o para volver a la normalidad. Quizás ya no son las mismas estrategias del pasado, tal vez debemos cambiar. Lo que resulta inaceptable, al menos en mi opinión, es hacer como el avestruz o voltear la mirada hacia otra lado.

Made in China.
Venezuela, cual país de tercer mundo depende de ciencia y tecnología foránea. Una triste radiografía de un nación riquísima. El gigante asiático logró arropar al mundo entero. La seguridad evolucionó en sistemas avanzados con la era de la digitalización y las nuevas tecnologías de la comunicación. Esto dio paso a desventajas competitivas con la política estatal de favorecimiento y carta blanca para la industria china de importación, consumándose el monopolio del mercadeo de equipos de relativa calidad y riesgo de pronta caducidad y daño.

Reflexión.
Dejo a consideración de aquellos colegas y miembros del gremio que formo parte y donde siempre compartimos opiniones y experiencias, de tomar un tiempo adicional para analizar estos cuestionamientos, ya que sí veo posible, con voluntad, ética y sentido altruista, revertir los cuatro puntos causantes de la pirámide invertida antes señalada. La pirámide es como tal pero su fortaleza está en su cimiento.

Tengamos gente supervisada pero eficiente; subordinados felices con su trabajo y, por encima de todo, empleados motivados y continuamente capacitados.

Personalmente he sido beneficiado en varias oportunidades con becas de estudio para realizar cursos y diplomados en prestigiosas instituciones de seguridad, ubicadas dentro y fuera del país. Por eso soy testigo de que existen facilidades en el ámbito académico, sin embargo, aguas abajo hay mucha tela que cortar.

Invito a las asociaciones sin fines de lucro, al sector empresarial y a los profesionales independientes, involucrados en la seguridad privada, a unir esfuerzos para potenciar nuestro rol en la sociedad, en aras de no permitir que quienes se hacen la vista gorda y llenan sus bolsillos en medio de esta gran necesidad generalizada, sigan teniendo éxito en su participación activa como corresponsables del problema junto al Estado.

Imagen cortesía de Formato Siete

Formación integral del oficial de seguridad

FORMACIÓN INTEGRAL DEL OFICIAL DE SEGURIDAD Liderazgo con formación Paradójicamente, en la seguridad privada como en otras áreas de resp...